Los Lápices siguen escribiendo
Este viernes se cumplen treinta y cinco años de uno de los episodios más bochornosos de la historia de nuestro país: diez estudiantes secundarios, que tenían entre 13 y 18 años, fueron secuestrados por el Servicio de Inteligencia del Ejército. Sólo cuatro de ellos, entre los que se destaca la figura de Pablo Díaz, lograron sobrevivir.
¿Por qué los desaparecieron? La respuesta que más veces escuchamos, “por luchar por el boleto estudiantil”. Crecimos repitiéndolo. Pero hoy sentimos que les queda un poco chico, no porque luchar por el boleto estudiantil sea algo menor, sino porque nos damos cuenta de que su militancia va mucho más allá, de que luchaban por algo mucho más grande que eso.
En los 70, todo a lo largo de Latinoamérica se estaba gestando un cambio social profundo. El pueblo se estaba poniendo a sí mismo en el centro de la escena, reclamando todo aquello que le correspondía. Los militares – bancados por el Plan Cóndor de Estados Unidos y en complicidad con algunos de los sectores más nefastos de nuestra sociedad- vinieron a poner fin a ese cambio, arrancando “de raíz” el problema e imponiendo un orden económico, político, social y cultural funcional a los más poderosos, sometiendo a nuestro pueblo a la fuerza del imperialismo norteamericano.
Por eso entendemos, que si la dictadura vino a poner fin a los aires de cambio, entonces la forma de combatirla es seguir cambiando el mundo. Continuar con la lucha de los desaparecidos en la Noche de los Lápices es seguir luchando por cambiar nuestro barrio, cambiar nuestra ciudad, cambiar nuestro país, cambiar nuestro colegio: nuestra sociedad entera. Recordarlos no puede limitarse sólo a repetir “NUNCA MÁS”, porque lo que ellos buscaban no lo vamos a conseguir llorando, lo vamos a conseguir luchando. Y no sólo por el boleto estudiantil. No sólo por la educación. Vayamos porque nuestro pueblo pueda vivir dignamente, porque todos gocemos de un trabajo, de una vivienda digna, de acceso a la salud.
Hoy en día, sigue habiendo Macris xenófobos en nuestra ciudad que creen en lo privado por sobre lo público, Piñeras en nuestra Patria Grande que creen que la educación es una mercancía que se compra, Hallús, Zbars y Zorzolis en nuestra universidad que creen que pueden hacer con nuestro colegio lo que se les da la gana, Lucianos y Julios Lopez que son desaparecidos por las mafias de la Policía Federal, pueblos originarios Qom que son reprimidos en sus provincias y en nuestra ciudad cuando vienen a reclamar por la propiedad de sus tierras, mujeres que caen en las manos de las redes de trata. Todas estas son las injusticias que los jóvenes de estos años tenemos que combatir si queremos honrar la memoria de quienes cayeron en esta misma lucha.
Te proponemos que estas jornadas sean un espacio de reflexión, pero para llevarnos a la acción. Aprovechemos las proyecciones, los paneles y las comisiones de debate para enterarnos qué están haciendo con nuestro colegio los que lo intervinieron el año pasado, qué está pasando con los otros secundarios de nuestra ciudad, en qué anda la lucha de los hermanos chilenos, y cómo es eso de que hoy, en plena democracia, continúa habiendo asesinatos a manos de la policía y desaparecidos. A la noche cuando vuelvas a tu casa, te invitamos a que entres a nuestro blog, en donde estuvimos desarrollando todos estos temas y pensando en propuestas para que todos nos involucremos en estas cuestiones.
Este 16/09 marchemos junto con la CUES. Salimos desde Congreso a las 17:00hs y llegamos a Plaza de Mayo, pasando por el Consulado Chileno.
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