¡Prepárate gordo forro porque este año elijo rector!

¡Prepárate gordo forro porque este año elijo rector!

Cómo venimos, cómo estamos y cómo seguimos

Casi cuarenta días después de la avanzada del Consejo Superior sobre nuestro colegio, los estudiantes iniciamos hoy una nueva semana de lucha. En jornadas y asambleas, hemos decidido que esto no se trata sólo de una resistencia, sino que estamos también a la ofensiva: exigimos que se restituya a Gonzalez Gass y que se vayan los interventores, sí, pero no nos quedamos ahí sino que supimos ver más allá y estamos yendo a disputarle a Hallú la rectoría de nuestro colegio.

Esto no es menor: ¿por qué tanto los estudiantes, docentes y no docentes como las cúpulas del poder en la universidad estamos interesados en ser quienes elijamos a nuestras autoridades? Porque se trata de instaurar un modelo educativo: una educación pública, inclusiva, digna, completa, democrática contra una educación privatista, de elite, de vaciamiento de su patrimonio. Es por eso que esta lucha no puede desligarse de la defensa de nuestro campo de deportes ni de nuestro turno vespertino, ni tampoco del precio de las guías del curso de ingreso ni del de los menúes del comedor.

Por primera vez, los estudiantes supimos plantear este conflicto de intereses de una manera realmente integral. Hemos puesto en boca de todos los medios y hemos sabido transmitirle a la sociedad que nuestro reclamo de elegir un rector no es un capricho, sino que la democratización de nuestro colegio se da día a día en todos los aspectos tanto materiales como académicos que hacen a nuestra educación. Hemos obligado a Hallú a salir a decir que él no va a vender el campo ni cerrar el vespertino. Eso, que no es ni una victoria ni garantía de nada, sí es un avance para nosotros: la próxima vez que pretenda saquear nuestro colegio le va a ser definitivamente más difícil ahora que la cuestión está fuertemente planteada de caras a la sociedad.

Otro aspecto en el que hemos logrado un avance importante es en el de la construcción de una unidad de la comunidad educativa contra el poder del Consejo Superior. Inéditamente en el colegio, las asambleas docentes, no docentes y estudiantiles han formado un frente único que se planta contra Hallú y contra todos los que quieran vaciar nuestra educación. Esto es un verdadero avance hacia la democratización, porque por primera vez en el Buenos Aires somos todos los que estamos luchando por un gobierno de todos del lugar de estudio y trabajo de todos. Estamos luchando por por crear un espacio tal como no existe en ninguna facultad ni en ningún lugar de trabajo: un espacio en donde el rumbo no lo fijen los que llegan al poder mediante acuerdos, negociados y asambleas antidemocráticas en las que sólo pueden votar los que ellos quieren y los que manejan a las facultades y colegios como si fueran mercancía para acuerdos políticos, sino quienes nos vemos realmente afectados, quienes estudiamos, quienes enseñan y quienes trabajan día a día para que el colegio funcione. 

Hacia dónde vamos

Algo es claro: si nuestro objetivo es que este año la comunidad del colegio elija rector, todas nuestras medidas tienen que estar apuntadas a eso y no nos conviene hacer nada que nos desvíe de nuestro camino. Debemos tomar decisiones con convicción y pensando en qué aspectos nos hacen avanzar en nuestra lucha. Hasta ahora, las asambleas han tomado decisiones sabias: después de cuatro años de tomas, los estudiantes hemos recogido la experiencia suficiente para entender que en este momento en particular esa medida no contribuiría a destrabar el conflicto y llevarnos adelante sino que, hoy, una toma destruiría todo lo que hemos sabido construir en cinco semanas de debate y medidas de fuerza.

Y por esto, ante la situación en la que estamos, es válido replantearnos si sostener el cordón es una medida que suma más de lo que resta o si ya ha dejado de hacerlo.

Hoy por hoy, el cordón no nos está llevando a ningún lado: la situación se mantiene estática desde hace dos semanas y de esta manera le estamos abriendo cancha a Hallú para que opere sobre nuestro colegio. El Rectorado ha intentado sabotear nuestros intentos de garantizar las clases para todos los años (condición que las asambleas precisaron para que la medida pudiera ser sostenible a través del tiempo) cuando le dio la orden a los regentes y preceptores de que se fueran del colegio invalidando el tomado de listas y el dictado de clases. Vaciando nuestro colegio, lo que Hallú pretende es romper nuestra organización y la de los docentes y no docentes. Para resistir a esto, es importante que nos reagrupemos y volvamos a poner en funcionamiento la maquinaria del CENBA: que vuelvan a funcionar los delegados y que nos juntemos a discutir en los cursos con todos nuestros compañeros y docentes en el colegio.

No debemos pensar que es el cordón lo que nos permite hacer asambleas. Argumentar eso es mostrar una peligrosa desconfianza en nosotros mismos y en nuestras convicciones. Es la fuerza de nuestro movimiento lo que nos permite tener asambleas y generar los espacios para el debate y la toma de decisiones. Con o sin el cordón, las asambleas seguirán existiendo mientras nosotros nos dispongamos a hacerlas. Somos los estudiantes y los docentes los que tenemos en nuestras manos detener el dictado de clases por dos horas para hacer una asamblea y no las autoridades. Si durante quince días de clases pudimos sostener un cordón y no dejarlas entrar, de la misma manera podremos imponer nuestras asambleas y los espacios de organización de los estudiantes.

Por otro lado, los vicerrectores han suspendido las mesas de exámenes y el curso de ingreso. ¿Cuál es el objetivo de esto? Lo que pretenden es quebrar nuestro frente interno. Piensan que con estas medidas van a lograr poner en contra de la lucha a estudiantes, padres y docentes. Si bien hemos demostrado ya que somos resistentes a esos intentos baratos de desmovilización, es importante que cortemos el espacio que a quienes nos enfrentamos pueden usar para perjudicarnos.

Plantearse levantar el cordón no es titubear ni abandonar lo que uno ha sostenido: no es saludable para una lucha ser presa de sus propias medidas de fuerza. Si hoy el cordón nos perjudica más de lo que nos aporta, entonces es necesario soltarlo para seguir con más fuerza. Tenemos que tener la madurez política necesaria para destrabar el camino y soltar lo que nos retiene para seguir avanzando con pasos más veloces y fuertes. De otra manera, el tiempo nos superará y habremos sido vencidos por nuestro propio desgaste.

Hoy se hace necesario volver a reunirnos en nuestros cursos y hacer funcionar los espacios de organización del CENBA para discutir la elección del rector, reagrupar fuerzas y salir a luchar por un rector desde las aulas. A la intervención la derrotaremos cuando hayamos impedido que el próximo rector sea puesto a dedo por el Consejo Superior y cuando los estudiantes y trabajadores del colegio hayamos decidido cuál es el modelo educativo que seguirá nuestro colegio.

Levantar el cordón para fortalecer nuestra lucha no es reconocer a las autoridades: la lucha interna debe continuar demostrando que sus intentos de desmovilizarnos son impotentes, porque los estudiantes y docentes seguiremos haciendo nuestras asambleas, sentadas y desconociéndolos día a día.

Pero, ¿cómo vamos a arrancarle a Hallú las pautas para la elección del rector? Ahora, como primer paso, es necesario que el Consejo Resolutivo apruebe las pautas para la elección del rector que los estudiantes hemos definido en nuestras jornadas y que se llame a la presentación de candidatos para que el proceso electoral y de discución tenga comienzo y sea una realidad. Los consejeros estudiantiles tendrán que elaborar un proyecto en conjunto con todas las partes de la comunidad educativa que defina que la votación será universal (de manera que voten todos los no docentes y tanto los docentes titulares como los interinos), ponderada y con una fecha definida para que no nos engañen, elevando al Consejo Superior los resultados de las elecciones para que no queden dudas de cuál es la voluntad de la comunidad educativa. Los consejeros docentes deben respetar el mandato de sus asambleas y escuchar lo que la comunidad educativa entera les exige: para defender al colegio, es imperiosa su democratización.

Este martes, vayamos todos a la asamblea de las 12 hs, tanto los de la mañana y los de la tarde como los de la noche y decidamos cómo vamos a encarar la lucha para democratizar el nacional.