"No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante" -

Ernesto "Che" Guevara

lunes, 8 de febrero de 2010

Intento de vaciar el turno noche

7-2-09

Intento de vaciar el turno noche


El 22 de Diciembre último, Edith Litwin, de la Secretaría de Asuntos Académicos de la UBA, le comunicó a González Gass su voluntad de recortar o eliminar el turno noche del CNBA, respondiendo a los supuestamente numerosos reclamos de los padres interesados en “el cuidado de los jóvenes y en preservar espacios de encuentros familiares”. De esta manera, Litwin pretende que el año que viene no se abra primer año a la noche, haciendo que los compañeros que ingresan se repartan en los turnos mañana y tarde.

Desde hace mucho tiempo, las autoridades de la UBA vienen promoviendo una política dentro de nuestro colegio cada vez más excluyente; la gota que rebalsó el vaso este intento de vaciar el turno vespertino. Un colegio verdaderamente democrático y público es aquel que ofrece todas las posibilidades de estudiar a todo aquel que quiera hacerlo, aquel que brinda a sus alumnos todas las herramientas que tiene a su alcance. ¿Por qué, entonces, se avalaría el cierre de un turno, lo que implica un recorte enorme de vacantes, es decir de la cantidad de chicos que pueden acceder al CNBA? El argumento es la seguridad. Sin embargo, sabemos que problemas de seguridad hay a todas las horas, y que alejar a los chicos del colegio a la noche no es la solución. Además, en la reunión con Litwin la misma expresó que si no queríamos el cierre del turno, nosotros presentemos un proyecto para solucionar este problema: es decir, nuevamente, los estudiantes deberemos encargarnos de la ineficacia de la UBA o todo se reducirá a lo que a ellos más cómodo les viene, diluir el turno.

Por otro lado, en cuanto a la posibilidad de reubicar a los estudiantes en los otros turnos, sabemos que el CNBA cuenta con aulas y gabinetes que tienen un límite físico (más allá del que impone la pedagogía) para la cantidad de estudiantes que puede haber en los cursos. Es por eso que no habría manera de pasar las divisiones del turno noche a la mañana y a la tarde sin reducir la cantidad de estudiantes que cursan en el CNBA y que ingresan año tras año, algo que bajo ningún punto de vista sería admisible.

Y si efectivamente la secretaria de Asuntos Académicos pudiera respondernos concretamente la forma en que reubicaría a todos los estudiantes en condiciones dignas de estudio, ¿por qué no utilizar estas vacantes para el ingreso de nuevos estudiantes? Sería un gran avance en la política inclusiva que tanto dicen promover.

Otra posibilidad de la que se habló en el Consejo Resolutivo, y en la reunión que éste tuvo con Litwin, fue la posibilidad de que, en los años superiores, se disuelvan divisiones cuando se ha reducido sustancialmente el número de alumnos. Esto funcionaría así: a medida que las divisiones se van despoblando porque muchos compañeros se van quedando libres, en lugar de 5 por año habría 4, ya que una sería disuelta y los estudiantes repartidos en las restantes. Esta idea fue promovida por González Gass y los consejeros docentes en el Consejo Resolutivo, además de por Litwin, con el fin de acomodarse al limitado presupuesto que la Universidad le asigna a nuestro colegio en detrimento de la calidad educativa que ofrece, en vez de exigirle al Consejo Superior que nos asigne el presupuesto que corresponde a los preuniversitarios como parte de la UBA. Esto no es más que otro claro ejemplo del autofinanciamiento que continúa promoviendo el Colegio, junto con los kioskos, el campo de deportes, etcétera. Sin embargo, vemos que pedagógicamente es muy contraproducente separar a compañeros que estudian juntos desde hace años. Y sobre todo, esta medida da por sentado la cantidad de libres que hay todos los años, en lugar de buscar una solución para el problema de la expulsión.

Por otra parte, cualquier decisión sobre el cierre de divisiones o turnos no sólo afecta a los estudiantes; en el turno vespertino trabajan nada menos que 206 personas, tanto docentes como no-docentes, que perderían sus puestos de trabajo en ese turno si su destrucción se llevase a cabo.

Es más que evidente que el cierre del turno vespertino sería un atentado contra la educación pública que ofrece el CNBA, que afectaría a los estudiantes que cursan y quieren cursar en el turno noche, a todos a los que se les niega y negaría el ingreso al CNBA y a los docentes y no docentes que trabajan en la noche. Y no es menor que las autoridades de la UBA estén tomando decisiones por fuera de la comunidad educativa, que lo hagan a escondidas y durante las vacaciones de verano cuando nadie se entera. La decisión debe ser de quienes realmente se ven afectados, y no tomada de una manera totalmente autoritaria y antidemocrática.

El Consejo Resolutivo en su sesión el 29 de diciembre pasado redactó una carta en repudio al intento de cierre de divisiones por parte de Litwin y se acordó que no se haría absolutamente ningún tipo de modificación en la manera en la que funciona el turno noche hasta su próxima sesión, el 17 de febrero. Sin embargo, muchos de los consejeros docentes empezaron a reconsiderar su postura en la reunión posterior con la Secretaria de Asuntos Académicos, Edith Litwin. Es importante que los estudiantes nos reunamos para tomar una postura y llevarla al Consejo y nos organicemos para actuar. Por eso, estaremos haciendo una asamblea en las próximas semanas. Mientras tanto, es muy importante que se difunda este comunicado para que estemos todos enterados de lo que pasa; por eso, te pedimos que lo reenvíes a tus compañeros.

Mesa Directiva del CENBA

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