Una Realidad Paralela
Muchas veces nos olvidamos de las distintas falencias que existen en el colegio, tanto como en la ciudad, en nuestro país, o en la sociedad a la cual pertenecemos. Muchas veces resulta que no nos enteramos de ellas, y otras más no queremos verlas.
Sin embargo, están ahí. La realidad se vive de una manera distinta a un par de cuadras de casa, y la viven pibes como nosotros. Y en ella, estos pibes se ven constantemente amenazados y apurados por la policía. Muchos ceden, algunos escapan, y otros simplemente deciden que no merecen ese trato por parte del cuerpo encargado de su propia seguridad. Y lo pagan.
¿Quién es Luciano?
Luciano Arruga era uno de estos pibes. Tenía 16 años y ya había dejado el colegio dos veces para mantener a su familia, puesto que su madre acababa de perder el trabajo y en su casa estaban pasando por una fuerte crisis económica.
Esto no escapó al oído de los vecinos, y tampoco al de los oficiales del Destacamento de Lomas Del Mirador, que fueron a buscarlo y le pidieron que robara para ellos. Lo insultaron, lo trataron de convencer argumentando que así podría mantener a su madre y su hermana, lo detuvieron ilegítimamente varias veces, lo golpearon, y finalmente, no volvió más el 31 de enero de este año.
Todo parece señalar que desapareció en dicho destacamento. Hay un testigo presencial que dijo haber visto a Luciano desmayado en estado de inconciencia y testimonios de su madre contando como la extorsionaban y como Luciano no quería que ella se metiera en eso.
Sus familiares y amigos sacaron el reclamo a las calles, fueron ignorados por el gobierno y bicicleteados por la policía, y siguen perseverantes en su búsqueda hoy en día. Por la aparición con vida de Luciano Arruga.
Derecho a la vida
Y no crímenes que atenten contra ella. Los famosos derechos a tener una vida digna como lo son la educación, la salud, la vivienda, etc. vienen siendo violados impunemente: las políticas sociales no apuntan a que todos vivamos mejor, sino a que unos pocos se beneficien más. Y en nuestro país hemos llegado al punto de la desaparición forzosa en democracia.
El caso de Luciano en particular es la gota que rebalsó el vaso (junto con el caso emblemático de Jorge Julio López y otros desaparecidos recientes). Sin embargo, es una expresión más de una política que ya se viene implantando desde hace un tiempo y que actualmente está instalada en los barrios pobres: el gatillo fácil y la represión, que acuden a los gritos de algunos sectores sociales por mano dura e incluso pena de muerte.
Los medios piden por la seguridad y por la baja de la imputabilidad. Los gobiernos implementan estas políticas pero intentan que nos olvidemos que es la misma policía encargada de protegernos quien nos reprime.
Los medios ocultan día a día esta realidad que se ha instalado en los barrios, así como el caso de Luciano Arruga no ha tenido prácticamente relevancia mediática, a pesar de que lleva casi un año desaparecido. Los estudiantes tenemos que entender que esto no es algo lejano que no pasa nunca, no se sabe nada y de información muy imprecisa. De los casos de gatillo fácil hay pruebas fehacientes, y se está volviendo una tradición. No podemos permitir que termine de consolidarse.
Nuestro papel en este juego
En Desde Bolívar, consideramos que el movimiento estudiantil junto con el movimiento popular debe unirse a la causa por la aparición con vida de Luciano y organizar un gran festival en la Plaza Houssay donde la rebauticemos popularmente como Plaza Luciano Arruga. Esto sería algo simbólico en lo cual todos los pibes participemos y nos unamos por un reclamo en común.
Entendemos que hacer un festival es lo mejor, porque es un buen pie que nos sirve para empezar a darnos cuenta de que la cultura también puede ser parte de la lucha, ya que ambas son formas que tenemos de expresarnos, de mostrar lo que pensamos y de llevar a cabo pequeños o grandes cambios en nuestra sociedad junto con un sentido de identificación que nos une y por un rato nos hace pasarla bien.
Miremos más allá de nuestro propio entorno; recordemos que si Luciano Arruga, como cientos de pibes, no era estudiante como nosotros, era porque había tenido que empezar a laburar tempranamente. El CENBA es nuestro espacio para integrarnos entre nosotros y nuestra herramienta para transformar la realidad. Utilicémoslo
¡Asumamos la propuesta desde nuestro centro, votémoslo en las aulas y organicemos un festival junto con otros secundarios como el Normal 1 y todos aquellos que se quieran sumar a nuestra lucha!
Muchas veces nos olvidamos de las distintas falencias que existen en el colegio, tanto como en la ciudad, en nuestro país, o en la sociedad a la cual pertenecemos. Muchas veces resulta que no nos enteramos de ellas, y otras más no queremos verlas.
Sin embargo, están ahí. La realidad se vive de una manera distinta a un par de cuadras de casa, y la viven pibes como nosotros. Y en ella, estos pibes se ven constantemente amenazados y apurados por la policía. Muchos ceden, algunos escapan, y otros simplemente deciden que no merecen ese trato por parte del cuerpo encargado de su propia seguridad. Y lo pagan.
¿Quién es Luciano?
Luciano Arruga era uno de estos pibes. Tenía 16 años y ya había dejado el colegio dos veces para mantener a su familia, puesto que su madre acababa de perder el trabajo y en su casa estaban pasando por una fuerte crisis económica.
Esto no escapó al oído de los vecinos, y tampoco al de los oficiales del Destacamento de Lomas Del Mirador, que fueron a buscarlo y le pidieron que robara para ellos. Lo insultaron, lo trataron de convencer argumentando que así podría mantener a su madre y su hermana, lo detuvieron ilegítimamente varias veces, lo golpearon, y finalmente, no volvió más el 31 de enero de este año.
Todo parece señalar que desapareció en dicho destacamento. Hay un testigo presencial que dijo haber visto a Luciano desmayado en estado de inconciencia y testimonios de su madre contando como la extorsionaban y como Luciano no quería que ella se metiera en eso.
Sus familiares y amigos sacaron el reclamo a las calles, fueron ignorados por el gobierno y bicicleteados por la policía, y siguen perseverantes en su búsqueda hoy en día. Por la aparición con vida de Luciano Arruga.
Derecho a la vida
Y no crímenes que atenten contra ella. Los famosos derechos a tener una vida digna como lo son la educación, la salud, la vivienda, etc. vienen siendo violados impunemente: las políticas sociales no apuntan a que todos vivamos mejor, sino a que unos pocos se beneficien más. Y en nuestro país hemos llegado al punto de la desaparición forzosa en democracia.
El caso de Luciano en particular es la gota que rebalsó el vaso (junto con el caso emblemático de Jorge Julio López y otros desaparecidos recientes). Sin embargo, es una expresión más de una política que ya se viene implantando desde hace un tiempo y que actualmente está instalada en los barrios pobres: el gatillo fácil y la represión, que acuden a los gritos de algunos sectores sociales por mano dura e incluso pena de muerte.
Los medios piden por la seguridad y por la baja de la imputabilidad. Los gobiernos implementan estas políticas pero intentan que nos olvidemos que es la misma policía encargada de protegernos quien nos reprime.
Los medios ocultan día a día esta realidad que se ha instalado en los barrios, así como el caso de Luciano Arruga no ha tenido prácticamente relevancia mediática, a pesar de que lleva casi un año desaparecido. Los estudiantes tenemos que entender que esto no es algo lejano que no pasa nunca, no se sabe nada y de información muy imprecisa. De los casos de gatillo fácil hay pruebas fehacientes, y se está volviendo una tradición. No podemos permitir que termine de consolidarse.
Nuestro papel en este juego
En Desde Bolívar, consideramos que el movimiento estudiantil junto con el movimiento popular debe unirse a la causa por la aparición con vida de Luciano y organizar un gran festival en la Plaza Houssay donde la rebauticemos popularmente como Plaza Luciano Arruga. Esto sería algo simbólico en lo cual todos los pibes participemos y nos unamos por un reclamo en común.
Entendemos que hacer un festival es lo mejor, porque es un buen pie que nos sirve para empezar a darnos cuenta de que la cultura también puede ser parte de la lucha, ya que ambas son formas que tenemos de expresarnos, de mostrar lo que pensamos y de llevar a cabo pequeños o grandes cambios en nuestra sociedad junto con un sentido de identificación que nos une y por un rato nos hace pasarla bien.
Miremos más allá de nuestro propio entorno; recordemos que si Luciano Arruga, como cientos de pibes, no era estudiante como nosotros, era porque había tenido que empezar a laburar tempranamente. El CENBA es nuestro espacio para integrarnos entre nosotros y nuestra herramienta para transformar la realidad. Utilicémoslo
¡Asumamos la propuesta desde nuestro centro, votémoslo en las aulas y organicemos un festival junto con otros secundarios como el Normal 1 y todos aquellos que se quieran sumar a nuestra lucha!
Desde Bolívar
desde-bolivar.blogspot.com
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