Buenos Aires, lunes 4 de octubre de 2009
Día a día de la lucha del CENBA
por la Noche de los Lápices
Otra visión de las cosas
A los miembros de la comunidad educativa del C.N.B.A.:
Nota: este comunicado está actualizado el día sábado 2 de octubre de 2009, a pesar de incluir información ya difundida en un comunicado similar del día martes 22 de septiembre.
Nos dirigimos a ustedes para comunicar lo ocurrido desde el 15 de septiembre hasta el día de hoy con relación a los sucesos acontecidos que derivaron en la situación de público conocimiento.
Como ya sabrán, recientemente se ha cumplido un nuevo aniversario de la Noche de los Lápices. El 16 de septiembre representa una fecha de vital importancia para el movimiento estudiantil. Los secundarios recordamos año tras año a nuestros compañeros desaparecidos en el ’76, exigimos justicia por ellos y por todos los demás desaparecidos, y sobre todo, analizamos nuestra realidad actual y nos organizamos para cambiarla. Entendemos que los compañeros desaparecidos luchaban no solo por el boleto estudiantil sino por mejorar la educación pública en su conjunto y creemos que la mejor forma de recordarlos durante esa jornada es continuando su lucha por los derechos que aún no han sido garantizados, como el derecho a la educación pública y de calidad para todos.
En este marco, el Centro de Estudiantes decidió, luego de realizar jornadas de reflexión colectiva, concurrir masivamente a la movilización que se organizó desde el conjunto de los estudiantes secundarios. Esta movilización tuvo lugar el miércoles 16 a las 17.30 hs, desde Plaza Pizzurno hasta Plaza de Mayo, y contó con el apoyo de algunos gremios docentes y organizaciones de derechos humanos como las Madres de Plaza de Mayo.
Por ser esta fecha de tal importancia para el movimiento estudiantil, consideramos necesario que todos los estudiantes pudieran concurrir a la movilización, y solicitamos, por lo tanto, que se les permitiera a los alumnos del Turno Vespertino presentar una autorización de sus padres donde les diesen su consentimiento para salir del Colegio sin que se los penalice con una falta o una sanción. Cabe aclarar que dicho mecanismo ha sido puesto en práctica reiteradas veces este año, con buenos resultados, y que muchos años anteriores se les permitió marchar a los alumnos por esta fecha. Sin embargo, las autoridades del Colegio se negaron a validar los permisos de los padres, argumentando que “ya se habían perdido muchas clases” (cuando en realidad nadie pretendía obligar a nadie a perder clases, sino que la propuesta era que cada alumno pudiera decidir entre si marchar o ir a sus clases normalmente). Aún así, muchos estudiantes del Turno Vespertino entendieron que la educación no se limita solo a aprender lo que dicen los libros, sino que también incluye conocer la realidad y poder intervenir, dentro de nuestras posibilidades, para mejorarla, sobretodo en un Colegio que se jacta de formar íntegramente a sus alumnos, otorgándoles mentes pensantes y críticas.
En el Consejo de Escuela Resolutivo los consejeros estudiantiles presentaron un proyecto para realizar unas jornadas de debate estudiantil acerca de lo ocurrido el 16 de septiembre y sobre la situación actual de la educación pública, y del mismo modo se realizó el pedido para marchar el 16 a la entrada del T.V. En el momento de la sesión, se presentó la opción de realizar las jornadas el mismo 16, pero se descartó esa posibilidad dado que, en ese caso, el T.V. no habría podido tener sus jornadas en su horario correspondiente, en igualdad de condiciones. Finalmente se decidió por voto de la mayoría de los consejeros, tanto estudiantiles como graduados y docentes, que las jornadas se realizarían el día 15. Sin embargo, cuando, luego de tomada esa decisión, se abordó el tema de la marcha, la señora Rectora se negó a tratarlo en el Consejo, argumentando que la decisión de autorizar las marchas pasaba exclusivamente por ella.
Martes 15:
Realización de jornadas estudiantiles en conmemoración a los 33 años de la Noche de los Lápices. Anticipando la posición de las autoridades respecto a la autorización de la marcha, se votaron y realizaron 3 sentadas masivas (una en cada turno) en la puerta de rectoría a fin de solicitar a la señora Rectora la misma autorización. Sin embargo, esta (la señora Rectora) permaneció intransigente en su postura.
Además, se publicó en la sala de profesores un comunicado (fechado como 1 de septiembre, a pesar de que se publicó recién el 15) sobre las elecciones de consejeros de convivencia docentes anunciando la posibilidad de presentación de listas.
Miércoles 16:
Cierre de la presentación de listas para Consejeros de Convivencia del Claustro Docente (sí, un solo día después). Obviamente, se presentó una única lista a las elecciones, conformada por docentes afines a la señora Rectora.
Cuando llegó el momento de dar el presente para el Turno Vespertino, los alumnos que habían sido autorizados por sus padres fueron a entregar la autorización escrita a sus preceptores. La situación fue confusa en todo momento: en unos claustros se dijo que estaban autorizadas y en otros claustros, según órdenes de las autoridades, se dijo que no y que los chicos que salieran iban a ser sancionados.
De todos modos y más allá de la confusión, muchos chicos consideraron justo marchar, por las razones ya expuestas, como lo hacían los demás turnos. Por esto se convocó a una asamblea en la cual se discutió el asunto y se resolvió por votación un levantamiento de turno a fin de que los alumnos pudieran marchar sin ningún tipo de reprimenda.
En este punto y dada la confusión que se generó a la entrada, consideramos válido hacer la siguiente aclaración: hubo chicos cuyos preceptores sostuvieron que las autorizaciones eran válidas, pero que incluso cuando volvieron en el horario previsto por las mismas se les dijo que de todos modos se les iba a poner media falta, lo cual constituye de todas formas un castigo por haber marchado. Por otro lado, había varios chicos cuyos preceptores habían afirmado que las autorizaciones no eran válidas y no las aceptaron, por lo que los alumnos decidimos, considerando el levantamiento de turno y por una cuestión de seguridad (sobretodo para los chicos de 1ro y 2do), quedarse hasta el final de la marcha y llegar con toda la columna del CENBA al Colegio.
Sin embargo, una vez de vuelta en el Colegio, las puertas estaban cerradas con llave (dado que se cierran a partir de 7.30, supuestamente por una cuestión de seguridad) y las autoridades que estaban adentro, aún viendo que éramos todos estudiantes que veníamos de movilizarnos, se negaron a abrirnos (incluso había profesores que necesitaban pasar para dar clases). Los 300 alumnos allí presentes debimos permanecer en la calle durante por lo menos una hora, hasta que llegó el asesor legal del Colegio y finalmente se nos abrieron las puertas. Consideramos que nuestra seguridad estaba definitivamente en mayor peligro afuera del Colegio que adentro de sus paredes. Una vez adentro, se nos confirmó definitivamente la postura de las autoridades de sancionar y poner faltas a los chicos que habían marchado.
Jueves 17:
Nos reunimos en una enorme asamblea al mediodía, debatimos durante varias horas cátedra y una vez más, en una sentada masiva en la puerta de Rectoría, se les solicitaron explicaciones y soluciones a las autoridades, quienes sostuvieron su posición de mantener los pedidos de sanciones y las faltas por marchar, argumentando, en un primer término, una responsabilidad legal. Responsabilidad legal que no se hubiera visto afectada en ningún momento si las autorizaciones paternas hubieran sido validadas desde el principio. En ese sentido, citamos aquí los artículos del reglamento interno del CNBA que nos respaldan [1]:
Artículo 17º.- Al alumno autorizado por el Rector, Vices (o Servicio Médico en caso de que corresponda) o por pedido de sus padres, a retirarse del Colegio, se le computará falta si se retira antes de la 5º (quinta) hora. A partir de allí, media falta. Si por un accidente producido en el establecimiento, algún alumno debiera retirarse, lo hará sin computársele inasistencia.
Nótese que no se nombra ninguna amonestación posible.
Artículo 18º.- Los vicerrectores podrán autorizar a los alumnos a retirarse de clase para realizar actividades deportivas, culturales u otras en representación del Colegio, no computándose en tal caso el ausente.
Es decir que las autoridades podrían haber validado perfectamente la asistencia a la marcha, y por lo tanto la posibilidad de los alumnos a retirarse del colegio.
Artículo 25º.- En caso de suspenderse las clases, faltas de profesores u otros motivos válidos, el Rector o los Vicerrectores en su defecto, podrán disponer que los alumnos se retiren del Colegio. Los padres que se opongan a la salida anticipada de sus hijos deberán indicarlo por escrito al comienzo de cada año en el momento de la inscripción anual. Si no lo hiciesen, el permiso se presumirá.
De este modo, si las autoridades considerasen válida la razón, pueden presumir el permiso de los padres para que sus hijos se retiren del establecimiento.
Luego de que respondimos a todos sus argumentos, la señora Rectora propuso que discutamos en el Consejo de Convivencia tanto las faltas como las sanciones, negándose a removerlas por cuenta propia.
Durante el turno noche se realizó una nueva sentada en vicerrectoría, donde la señora Rectora envió a la asamblea estudiantil “representantes del Claustro Docente y el Claustro No Docente” a comunicarnos la postura resuelta por una supuesta asamblea que (luego nos enteramos) nunca fue avisada a los miembros de dichos claustros. Obviamente, la decisión tomada por dicha “asamblea” apuntaba a que teníamos que aceptar las sanciones y las faltas sin tomar ninguna medida al respecto. Cuando en un momento de la asamblea un alumno intentó aclarar que los supuestos representantes no eran tales, un empleado de la planta no docente del Colegio intentó llevarlo del cuello hacia el interior de Vicerrectoría, sin importarle que estaba siendo visto por la asamblea estudiantil entera.
Viernes 18:
Los estudiantes decidimos realizar una conferencia de prensa en la puerta del Colegio para comunicar a los medios lo ocurrido. Es importante destacar que ante esto las autoridades se negaron a otorgarnos la electricidad necesaria para el sonido con el argumento de que “les íbamos a mentir a los medios”. A fin de cuentas, esto resulta un método de censura previa (expresamente prohibida por la Constitución) para evitar que informemos a los medios para que el resto del pueblo se entere de lo sucedido y de nuestra opinión sobre ello.
Martes 22:
Se presenta un ultimátum a la señora Rectora para que se remuevan las faltas y las sanciones aplicadas a los alumnos por movilizarse. La fecha límite era hasta el viernes 25 (día en el que estaban previstas las sesiones de los Consejos Escolar Resolutivo y de Convivencia que tratarían el tema). El contenido del mismo puede consultarse en: http://docs.google.com/View?id=ddms7hpm_425cpxsf2dj.
Miércoles 23 y jueves 24:
Se realizan las elecciones de Convivencia del Claustro Docente con lista única.
Ante nuestros intentos de pasar por las divisiones de nuestros compañeros para comentarles lo ocurrido, nos encontramos con la negativa de los preceptores de los claustros, quienes seguían órdenes de las autoridades.
Nos parece importante mencionar que incluso días antes de que se decidiera cualquier medida, la señora Rectora anunció en privado a miembros de las Comisiones de Cultura y de la Mujer que, en caso de una toma, retiraría los fondos previstos para la realización del V Día de las Artes (Cultura) y para el viaje al 34º Encuentro Nacional de la Mujer en Tucumán. Ambas actividades todos los años habían sido financiadas por la Asociación Cooperadora, pero este año la señora Rectora dispuso retirar los fondos como medida de amenaza a la organización estudiantil.
Viernes 25:
Sesión de Consejo Escolar Resolutivo: para la misma los Consejeros Estudiantiles habían presentado un proyecto para que se validara el levantamiento del Turno Vespertino del día 16 de septiembre, lo que dejaría sin efecto las faltas y las sanciones por la movilización. Frente a esto las autoridades argumentaron que los proyectos debían presentarse con 48 horas de anticipación, pero que este proyecto había sido presentado con solamente 47 horas 30 minutos, por lo que no se podía tratar. De todos modos se propuso que se tratara el proyecto sobre tablas, pero los representantes docentes se levantaron y se retiraron de la reunión sin siquiera permitir la votación reglamentaria sobre si tratar el proyecto o no.
A pesar de la promesa de la señora Rectora de que el Consejo de Convivencia del Turno Vespertino sesionaría al finalizar las elecciones del Claustro Docente, se nos dijo que debía avisarse a los consejeros con anticipación por lo que el Consejo no podía reunirse hasta el miércoles 30. De este modo, se pospuso la asamblea estudiantil para esa misma fecha.
Miércoles 30:
Sesión de Consejo de Convivencia del Turno Vespertino. En paralelo, una asamblea estudiantil tenía lugar mientras se esperaba la resolución de los consejeros.
En primer lugar, el inicio de la sesión se demoró más de 45 minutos de lo previsto, dado que los representantes docentes y las autoridades decidieron reunirse previamente sin los representantes estudiantiles sin darnos explicación alguna. Al comienzo de la sesión, cuando los consultamos acerca del tema se limitaron a decir que los docentes querían informarse acerca de la situación, aunque podían hacerlo de todos modos con los alumnos presentes y escuchando las posiciones de ambas partes por igual.
Ante nuestra propuesta de que la Mesa Directiva del Centro de Estudiantes pudiera presenciar la reunión sin voz ni voto (como es común en las reuniones del Consejo Resolutivo las cuales son abiertas), las autoridades y docentes se negaron. Luego, procedieron a encargarse de que los Consejeros Estudiantiles no tuvieran ningún tipo de comunicación con el exterior, quitándoles los celulares e incluso impidiéndoles hablar con sus compañeros a través de la puerta para mantener informada a la asamblea de lo que se iba decidiendo. Del mismo modo se negaron a que la sesión fuera grabada para que posteriormente se publicaran las opiniones de los claustros, alegando que con las actas (que no son publicadas) era suficiente.
Una vez comenzada la sesión, la primera discusión giró en torno al tratamiento de las faltas. La señora Vicerrectora alegó que las faltas no eran competencia del Consejo sino que pasaba exclusivamente por ella, y que se negaba a retirarlas. Les recordamos que la señora Rectora nos había explicitado su intención de que tanto faltas como sanciones se trataran en el Consejo. A esto ellos respondieron que la señora Rectora no podía ir en contra del reglamento y que por lo tanto no podía darle esos poderes al Consejo de Convivencia. Por lo tanto, según su interpretación del reglamento, no hay cuerpo colegiado alguno donde se puedan tratar las faltas, que igualmente constituyen un castigo.
Llegada la discusión acerca de las sanciones, en primer lugar sostuvieron que estas no eran competencia tampoco del Consejo, dado que eran de “aplicación automática” (reglamentarias), haciendo una interpretación a nuestro parecer errónea del reglamento. El artículo 5.4 del reglamento del Consejo de Convivencia establece:
“Los consejos (…) entenderán con carácter resolutivo por vía de apelación, en las sanciones superiores a cinco amonestaciones o cuando ellas, no siendo de aplicación automática, comprometan la regularidad de los alumnos”.
Del análisis sintáctico y semántico de la oración se desprende directamente que el C.C. puede tratar con carácter resolutivo cualquier sanción superior a 5 amonestaciones, y que no representa un límite que las sanciones sean de aplicación automática o no. Su intención, sin respaldo de ningún reglamento, fue votar que el Consejo pudiera solamente tratar la cantidad de amonestaciones hasta un mínimo de 5 (para que dejara de ser competencia del Consejo), en vez de resolver acerca de la totalidad de la sanciones. Frente a esto, nosotros contrapusimos no solo el reglamento sino también la jurisprudencia que nos da el hecho de que hasta este momento, el Consejo de Convivencia siempre trató las sanciones completas (pudiendo igualmente negociar la cantidad), pero que nunca se había planteado algo tan descabellado como que un Consejo que sirve para tratar sanciones no pueda tratar sanciones. De hecho, nuevamente se estaba yendo en contra de las declaraciones de la señora Rectora que garantizó que las sanciones serían resueltas en el Consejo.
Frente a esto los estudiantes propusimos que los padres de los alumnos castigados pudieran manifestar por escrito, durante los siguientes días hábiles, su voluntad de que sus hijos marcharan, y que con esa autorización se retiraran definitivamente tanto las faltas como las sanciones. Sin embargo, en un determinado momento, decidimos votar, y ganó por 6 votos (3 autoridades y 3 docentes)[2] que el Consejo no podía tratar las sanciones contra la moción estudiantil de que podía hacerlo. Ante esto, los consejeros estudiantiles manifestamos que estábamos en contra de que se castigara a los alumnos por movilizarse, y que tanto 5 como 10 amonestaciones constituían un castigo, por lo que firmamos el acta y nos retiramos de la reunión, dado que el organismo se había declarado incompetente para lo que habíamos previamente establecido que íbamos a resolver.
Una vez que los consejeros se retiraron de la sesión, informaron lo sucedido en la asamblea y esta, entendiendo que se habían agotado todas las medidas previas, las posibilidades de diálogo y los espacios institucionales, votó tomar el Colegio en contra de las faltas y las sanciones por movilizarse considerándolo un reclamo justo y válido.
Durante la noche, aproximadamente a la 1 a.m., la señora Rectora se hizo presente en la puerta junto con el Vicerrector del Turno Mañana, el asesor legal del colegio y un oficial de policía, yendo en contra del estatuto de la UBA que establece que la policía no puede ingresar a ninguna de sus dependencias. Luego de discutir largamente con ella la situación del Colegio y de manifestarle que este se encontraba tomado por sus estudiantes, decidió retirarse junto con sus acompañantes.
Jueves 1:
Para las 7:30 horas de la mañana se había convocado a una asamblea de docentes, las cuales siempre se realizan dentro de la sala de profesores (su espacio legítimo de reunión). Sin embargo, la señora Rectora prohibió la realización de la misma (yendo en contra de la independencia de los claustros) bajando órdenes a los no docentes, quienes poseían las llaves de la sala, de que no abrieran sus puertas, aun cuando varios de los docentes nos habían comunicado su voluntad de reunirse.
Una asamblea estudiantil al mediodía ratificó la decisión tomada la noche anterior, agregó a esta que la toma fuera con clases (como ocurrió en la toma del 2006), y a tal efecto votó permitir el ingreso de preceptores, profesores, personal administrativo y no docentes. Sin embargo, se nos manifestó que los docentes estaban siendo mayormente presionados para que no ingresaran al establecimiento, y en repetidas ocasiones los no docentes encargados de la puerta les impidieron entrar por “directivas superiores”.
Durante la tarde, la señora Rectora convocó a una reunión de docentes y no docentes, aunque omitió nuevamente invitar a muchos profesores, incluida la Comisión Directiva de la Asociación. Nuevamente se violó la independencia de los claustros, que no pudieron decidir por sí mismos en qué momento, lugar y condiciones reunirse a discutir. Esta reunión ilegítima sacó un comunicado, claramente avalando la postura de la señora Rectora de sostener las sanciones. Luego de este, muchos docentes nos manifestaron su indignación, porque pusieron palabras en su boca sin siquiera consultarlos.
Por último, se realizó una asamblea estudiantil que decidió permitir que el curso de ingreso se realizara normalmente, garantizando todo lo que fuera necesario a tal efecto y solicitando únicamente que se nos permitiera permanecer en el Claustro Central, como ocurrió durante la toma del 2006 en la cual se realizó el curso de ingreso con normalidad.
Viernes 2:
Durante la mañana se realizaron clases de apoyo entre las 9 y las 11 hs con participación de alumnos, graduados, y los profesores que tuvieron la voluntad de venir a participar.
Una asamblea estudiantil al mediodía votó sacar un pliego de reivindicaciones puntuales de la medida de fuerza en miras a la inminente sesión de Consejo de Escuela Resolutivo, programada para ese día a las 2 de la tarde:
· Que el C.E.R. reconozca el levantamiento del Turno Vespertino votado en asamblea, y que en consecuencia anule las faltas y sanciones de aquel día.
· Que en lo sucesivo se respeten las autorizaciones de los padres para retirarse a toda manifestación votada y convocada por el Centro de Estudiantes, sin computarse ningún castigo a los alumnos.
· Que se establezca en el calendario escolar las fechas 24 de marzo y 16 de septiembre como fechas de movilización en la que los estudiantes tengamos permitida la salida de clases a la marcha.
· Que se figure en el reglamento que los estudiantes tenemos la posibilidad de realizar dos jornadas de debate y discusión a cargo del Centro de Estudiantes. (Esto está garantizado “de palabra” pero nunca se incluyó en el reglamento)
· Que se restituyan los fondos quitados para la realización del V Día de las Artes y del viaje de las alumnas de la Comisión de la Mujer del CENBA.
A tal efecto la asamblea resolvió que la sesión se realizaría normalmente dentro del Colegio y que se permitiría el ingreso de la señora Rectora. Cuando llegó la hora a la que estaba prevista la sesión de Consejo, los cuatro Consejeros Estudiantiles, los dos Graduados, tres de los Docentes (de ocho totales) y la secretaria llegaron a tiempo a la misma, con lo cual el Consejo tenía el quórum necesario para sesionar. De ese modo, se solicitó telefónicamente a la rectora que si no quería presidir la reunión, autorizara por lo menos la apertura de la sala de profesores para que esta pudiera realizarse. Al enterarse, de este modo, que el consejo tenía quórum y que pretendía sesionar, la rectora envió al resto de los consejeros docentes (que estaban reunidos con ella en ex-alumnos), los cuales manifestaron que no se reunirían mientras el colegio estuviera tomado.
De esta forma, los alumnos realizamos una asamblea extraordinaria para tratar el tema con urgencia. En la misma decidimos levantar la toma, pasando de este modo a un cuarto intermedio asegurando las exigencias pedidas por los consejeros docentes. Se decidió también que las condiciones del levantamiento de toma se darían siempre y cuando se nos permitiera permanecer en asamblea permanente dentro de la institución, evitando que se acceda a la lista de alumnos de los preceptores, por el riesgo que podría implicar que se pasaran sanciones a los alumnos que nos encontrábamos dentro del colegio sosteniendo la asamblea.
Ahora bien, con estas condiciones garantizadas, los consejeros docentes volvieron a negarse a sesionar argumentando, ahora, que era de extrema necesidad la entrada de un escribano al edificio para cerciorarse de las condiciones en la que se encontraba el Colegio. Estas exigencias fueron puestas por la señora Rectora, quien les ordenó las pidieran mediante un llamado telefónico. Los Consejeros Estudiantiles volvimos a ceder ante la condición comunicándoles a los Consejeros Docentes que permitiríamos la entrada un escribano al establecimiento.
Nuevamente, los consejeros docentes impusieron una nueva traba para la sesión del C.E.R. Esta vez exigieron el desalojo de los alumnos de la institución para garantizar “condiciones óptimas al escribano que revisaría el colegio”. Ante esto, los Consejeros Estudiantiles nos opusimos a vaciar el colegio para continuar con la asamblea permanente que nos garantizaría la reanudación de la medida de fuerza en cualquier caso de necesidad.
Finalmente, los Consejeros Docentes se retiraron, vaciando así el espacio de diálogo y negociación entre todas las partes que los alumnos hicimos lo posible por garantizar.
Denunciamos esta actitud de los Consejeros Docentes de negarse al diálogo dentro del órgano institucional de cogobierno, poniendo numerosas trabas a la sesión que utilizaron como excusa para negarse a concurrir a la misma. Consideramos insólitas muchas de estas exigencias ya que en numerosas ocasiones las autoridades ingresaron al Colegio durante una toma: es el caso de la primer noche de toma en la cual la señora Rectora ingresó escoltada no de un escribano, sino de un oficial de policía; así como también el rector Sanguinetti (abogado) durante la toma del 2006. Se demostró así que la intención de las autoridades no es otra que negarse al diálogo que nosotros ofrecemos para llegar a una solución razonable y justa al conflicto.
Asimismo, denunciamos a la señora Rectora por lo siguiente:
· No reconocer autorizaciones firmadas por los padres para permitir la movilización de sus hijos en el 33 aniversario de la Noche de los Lápices.
· Avisar a los docentes de la presentación de las listas de Convivencia con solo un día de anticipación.
· Superponer un acto institucional (que debía empezar a las 16:30 pero empezó a las 17:00) a una asamblea estudiantil previamente programada y autorizada para las 17:15.
· Justificar la inasistencia de los alumnos a las jornadas si presentaban una autorización de los padres, contradiciéndose con lo ocurrido el 16/9.
· Autorizar a los alumnos a retirarse del colegio antes de finalizar el horario escolar, mientras se realizaba una sentada (el día de las jornadas), contradiciéndose con lo ocurrido el 16/9.
· Cerrar las puertas del colegio a la vuelta de la marcha, dejando en la calle a los alumnos durante una hora.
· Convocar a una reunión docente avisando únicamente a una minoría afín a ella, desconociendo hasta la Comisión Directiva del Claustro Docente.
· Enviar representantes falsos a una asamblea estudiantil a comunicar la decisión de esta reunión ilegítima.
· Negar la electricidad necesaria para las asambleas estudiantiles y para las conferencias de prensa, censurando previamente nuestra posibilidad de informar.
· Extorsionar a docentes y no docentes amenazando con despidos o con la reducción de horas cátedra, ante cualquier manifestación de apoyo a la medida de los estudiantes.
· Levantar una sesión de Consejo Resolutivo antes de que se trate el proyecto de reconocimiento del levantamiento del Turno Vespertino del día 16 de septiembre.
· No autorizar al Consejo de Convivencia a tratar ni las faltas ni las sanciones, contradiciendo lo que le había dicho a los alumnos anteriormente en numerosas oportunidades.
· Incomunicar a los representantes estudiantiles de Convivencia para que no informen a la asamblea sobre lo que estaba ocurriendo.
· Ingresar a la toma escoltada por un policía, desconociendo la medida de fuerza y el estatuto de la U.B.A.
· Utilizar los mails de los padres que posee Cooperadora con fines políticos, yendo en contra de su estatuto (Art. 38º del estatuto de la Asoc. Cooperadora).
· Negar los fondos pre-acordados para la realización del V Día de las Artes y del viaje de un grupo de alumnas al Encuentro Nacional de la Mujer en Tucumán argumentando que “Si son lo suficientemente grandes para tomar el colegio, lo son para pagarse el viaje” (nota: en muchas facultades se les financia a las mujeres el viaje a estos eventos).
· Ordenar a los docentes vaciar la sesión de Consejo de Escuela Resolutivo, negándose al diálogo en los espacios institucionales que los alumnos quisimos garantizar.
Repetimos una vez más que, para nosotros, marchar el 16 de septiembre no solo es un derecho del estudiantado, sino también una necesidad en la defensa de la educación pública. Aprender no está solo en los libros, sino también en conocer, analizar la realidad e intentar transformarla. Por eso creemos de vital importancia que no se castigue a los alumnos del Turno Vespertino que acompañaron la movilización.
En resumen, y considerando todas las razones que ya fueron expuestas, el CENBA votó en asambleas pronunciarse a favor de lo siguiente:
· Que en lo sucesivo se deje a voluntad exclusiva de los alumnos y los padres la autorización para concurrir a una manifestación votada y convocada por el Centro de Estudiantes del Nacional de Buenos Aires, sin que haya castigo alguno (ni faltas ni sanciones) al alumnado.
· Ninguna sanción ni ninguna falta a los alumnos por movilizarse la Noche de los Lápices, recordando a los compañeros desaparecidos el 16 de septiembre de 1976 y continuando su lucha por la educación pública y los derechos humanos.
· Que se establezca en el calendario escolar las fechas 24 de marzo y 16 de septiembre como fechas de movilización en la que los estudiantes tengamos permitida la salida de clases a la marcha.
· Que figure en el reglamento que los estudiantes tenemos la posibilidad de realizar dos jornadas de debate y discusión a cargo del Centro de Estudiantes.
· Que se restituyan los fondos quitados para la realización del viaje de las alumnas de la Comisión de la Mujer del CENBA. (El día de las Artes ya se realizó gracias a las colectas de dinero durante la toma)
· Que se permita ingresar a cualquier alumno al Colegio luego de las 19:30 hs., dado que implica un riesgo de seguridad mayor que estos permanezcan en la calle hasta que se vuelven a abrir las puertas (22:10 hs.).
Para llegar a una resolución del conflicto, se convocarán jornadas de discusión estudiantiles el lunes 5 de octubre.
Por último, deseamos aclarar que todos estos reclamos poseen un trasfondo puntual: los hechos y los conflictos ocurridos son en realidad consecuencias y evidencias de la falta de democracia dentro del colegio. Si bien existen consejos que están constituidos por todos los claustros, las proporciones y reglamentos de los mismos provocan que estos terminen siendo una extensión y "legitimación" del poder de la señora Rectora. Es por eso que los estudiantes entendemos la necesidad de enmarcar esta lucha dentro de una mayor hacia la democratización real de los órganos directivos dentro del Colegio.
Centro de Estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires
cenba@googlegroups.com
[1] Pueden consultar el reglamento del Colegio en http://www.cnba.uba.ar/reglamento
[2] El mismo resultado de votación que se repitió durante todo la sesión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario