Desde Bolívar

Desde Bolívar
Sigamos construyendo participación con un CENBA de los estudiantes,
por una educación para TODOS.

Aprendiendo del 2009: coincidencias y desacuerdos

Aún cuando en relación con otros años el CENBA avanzó mucho en debate, participación, y movilización, aún queda mucho camino por avanzar. Por eso, para no empezar de cero un nuevo año, hay que aprovechar las experiencias y aprender de los errores propios y ajenos.

Efectivamente, hay desacuerdos que separan a las agrupaciones en su modo de pensar y de actuar. Nos parece importante, para contribuir a la discusión, señalar algunas diferencias que hemos sostenido con las demás agrupaciones en las diferentes luchas de este año. Sin embargo, recalcamos más adelante aquello que nos une, porque también nos parece indispensable sentar una base para el año que viene a partir de los acuerdos y la unidad.

El Campo de Deportes

El CENBA dio una intensa batalla este año por el campo. Dentro de ella, hemos tenido grandes aciertos, luchando desde el verano con el abrazo y festival, movilizándonos reiteradas veces al Consejo Superior y a la Legislatura. Luego de una gran desinformación inicial, pudimos analizar el problema en su conjunto (contemplando la cuestión de los títulos, de la calle, del FOT) y obligamos a la UBA a reiniciar un juicio que tenía abandonado. Y con nuestra presión, acotamos considerablemente (aunque sin garantizarlo aún) los riesgos de la apertura de la calle que hubiera dividido nuestro predio. Impusimos en la disputa nuestras exigencias irrenunciables, y ahora nos toca seguir luchando contra el nuevo proyecto que hay en la Legislatura.

Nuestra principal diferencia en esta lucha se dio con los compañeros de Tinta Roja y el FEL. A nuestro criterio, el CENBA debe hacer todo lo posible para garantizarle a las generaciones futuras ese terreno como propio, con un uso exclusivamente educativo y sin grandes peligros de que sea fraccionado por una calle. Nos pareció por lo tanto que lo correcto era llevar la consigna “Ninguna resolución del Juez, la Legislatura o la UBA que no incluya títulos para la UBA, uso deportivo para el Colegio y borrado de la calle Trinidad Guevara”. Como ya hemos explicado en otras ocasiones, las especulaciones financieras en torno al FOT nos parecen irrelevantes, porque no hacen al patrimonio educativo del campo. Por eso, creímos que lo importante era imponer las exigencias principales en cualquier ámbito, aprovechando nuestra fuerza para que esta lucha que lleva años triunfara de una vez por todas, y diera a futuro la mayor cantidad de garantías posibles. Lo que importa, creemos, es imponer con nuestra lucha un triunfo, lo que significa asegurar nuestras reivindicaciones principales. Por eso nos pareció un poco superficial la consigna de “Ninguna negociación con el campo” una vez que el CENBA cobró vigor como para imponerse.

La movilización del 16/9 y la toma

Como hemos señalado en varias ocasiones, nosotros apoyamos desde un principio la toma del Colegio, porque nos pareció necesaria. Pero, a diferencia de otras agrupaciones nos pareció que el objetivo de nuestra lucha no se limitaba a las faltas y a las sanciones, sino que estábamos en una pelea por los derechos del centro de estudiantes. De allí a que priorizáramos las conquistas que nos garantizaban para el futuro mayores libertades para organizarnos y seguir peleando.

Pero además, para frenar el pisoteo de las autoridades hacia nuestro movimiento, debíamos mantener a nuestro propio movimiento unido y fuerte internamente, sobre la base del consenso y haciendo de las medidas de fuerza algo útil. Por eso, una vez que le habíamos impuesto a González Gass ciertas reivindicaciones muy valiosas para el centro, creímos necesario evitar el desgaste. En lugar de ser presos de nuestra propia toma, nos pareció oportuno, antes de que fuéramos cada vez menos y con cada vez menos peso, volver a clases, volver al contacto con nuestros compañeros y juntar fuerza para seguir con la lucha por las sanciones.

No fue esta la postura que decidieron las asambleas, ni fue compartida por las demás agrupaciones. En el caso de Tinta Roja y el FEL, se planteó una lógica del todo o nada que no creemos que haya servido para construir fuerza y peso para imponernos. En el caso de El Resto y de la UPC, creemos que el problema fue fundamentalmente una gran indecisión, y haber confiado en propuestas muy poco realistas para salir del conflicto (por ejemplo, la posibilidad de que el Consejo Resolutivo sesionase, a propuesta de Zbar, dentro del colegio tomado).

Que las diferencias no nos paralicen

El Centro es un ámbito donde interactuamos y desplegamos nuestra propia cultura, inquietudes y experiencias; y donde también discutimos y actuamos en torno a lo educativo y a la realidad social y política supera las paredes del Colegio. Debe ser herramienta creativa de debate, unidad y participación, para mejorar nuestra condición de estudiantes, defender la educación pública y pronunciarnos por una sociedad más justa.

Para actuar con fortaleza, consideramos que el CENBA tiene que ser masivo y debe buscar los términos de unidad y consenso. No puede ser, como a veces sucede, un escenario donde las agrupaciones ponen más empeño en marcar sus diferencias que avanzar con sus acuerdos.
Construir consenso no es negar particularidades ni diferencias: para eso están las discusiones grupales, los foros y los debates específicos. Hacemos una autocrítica por no haber podido aclarar mejor esto. La cuestión es evitar una pelea de las agrupaciones para ver quién tiene más influencia, que deje de lado un indispensable marco de respeto y de compañerismo, de unidad en la lucha. Eso no es más que obstaculizar el desarrollo de una política estudiantil.


El 2009 fue un año de mucha actividad y lucha. Desde Bolívar, y con el rol que nos tocó como parte de la conducción, hemos impulsado la acción, el debate y una creciente toma de conciencia de nuestras necesidades como estudiantes. Estas necesidades son parte de las causas del movimiento estudiantil, y una prueba positiva de ello es la gran cantidad de coincidencias que tenemos a la hora de hacer propuestas. Sabemos, a su vez, que no será ninguna agrupación quién pueda llevar a cabo estas reivindicaciones: será el movimiento estudiantil. De ahí la importancia de construir un centro de estudiantes fuerte, con una conducción que sea plural y abierta, para que tengan lugar las propuestas de todos: de los estudiantes y de las demás agrupaciones también.

Tomemos lo que nos une y no lo que nos separa. Llamamos a la unidad para la acción y a todas las agrupaciones, gane quien gane, a comprometerse con la construcción de la participación y el debate necesario para que el movimiento estudiantil pueda cumplir con las propuestas que tenemos todos.


El QUÉ ya está claro; empecemos a discutir el CÓMO.

Desde Bolívar